






Staff
Secretario de Redacción: Ariel Lerman
Investigación: Diego Muscarelli
Arte: Flavio Burstein
Ilustraciones: Feliciano García
Corrección: Mélanie Le Corguillé
Coordinación General: Dinorah Müller
Colaboraciones: Gastón Bogomolni
Asesinos
de Novela
info@asesinosdenovela.com.ar
Panelistas
Félix Luna
Esteban Ierardo
Eugenio Zafaronni
Enrique Marí
Andrés Rivera
Noe Jitri
Marcelo Di Marco
Axel Eljativ
Jose Luis Marinetti
Armando Capalbo
|
Auspician:
www.carrocerias-mor.com.ar
www.sobretesis.com.ar
www.timidosanonimos.com.ar
www.tenderoriginal.com.ar
www.antoniorombola.com.ar
www.ibasabulones.com.ar
www.elrebenqueweb.com.ar
www.cucchettisepelios.com.ar
www.presisconsultores.com.ar
www.oficinartequip.com.ar
www.argoneon.com.ar
www.conasoc.com.ar
www.ferreteriamilani.com.ar
www.packingvip.com.ar
www.elnuevoemporio.com.ar
www.lecoditalia.com.ar
www.sinruidos.com.ar
www.bombonella.com.ar
www.intrawebs.com.ar
www.inyeccioneducenter.com.ar
www.disfal.com.ar
www.caaisa.com.ar
www.hierrosratti.com.ar
www.mademak.com.ar
www.gammaseguridad.com.ar
www.bulonesmaspero.com.ar
www.famadacrilicos.com.ar
www.publicidadfergraf.com.ar
www.elmundodelascajas.com.ar
www.hualtaranilhe.com.ar
www.centromultlock.com.ar
www.communicate.com.ar
www.elrebenqueweb.com.ar
www.deflectoresmd.com.ar
www.estudioterapeutico.com.ar
www.vinvimarmi.com.ar
www.promailcorreo.com.ar
www.cabrel.com.ar
www.neumaticosbalanco.com.ar
www.dimy.com.ar
www.lopezasoc.com.ar
www.glauxconsultora.com.ar
www.sinruidos.com.ar
www.soledadclub.com.ar
www.timidosanonimos.com.ar
www.dphidraulica.com.ar
www.graficaaler.com.ar
www.alpadiesel.com.ar
www.bombonella.com.ar
Articulos de reposteria
Cajas de madera
Seguridad privada
Diseño web
policarbonatos
Correo privado Epsa
Empresa de logistica y distribucion Se-logistica
Hosting con atencion personalizada
direccion hidraulica
Tender
Carteles
letreros
Puertas blindadas
registro de dominios .com
cueros
deflectores MD
Alquiler de oficinas zona congreso
Sex Shop
guillotinas de papel
parques y jardines
Hielo
Camperas de cuero
Logistica
Courier
Edmarplas
Escuela Marrale Santoro
escuela de manejo
jubilacion
r
|
Año
I, Número 1, Enero de 2001
Ultima actualización:
Septiembre 2005


Génesis; 4
Y Jehová dijo a Caín: ¿Dónde está Abel tu
hermano? Y el respondió: No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?
Y él le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano
clama a mi desde la tierra.
ASESINOS DE NOVELA
El crimen en la literatura
Muchos personajes de grandes piezas literarias fueron asesinos
feroces, homicidas trastornados por horribles monstruos de su
conciencia y de su razón. En sus pequeñas buhardillas miserables
o en sus escritorios imperiales, deambulando enloquecidos por
callejuelas sórdidas o serenamente recostados al amor de la lumbre,
en sus mentes se gestaron el crimen y el anhelo de sangre. Algunos
fueron acusados de frialdad extrema y falta de sentimiento, pero
no es lo que ocurre con la mayoría, embargada siempre de una sensibilidad
lindante con el romanticismo o con la inocencia cruel de la infancia.
Cargan como camellos historias de injusticias y extravíos, la
existencia se les ahueca y los sacude contra las paredes de su
vacío, se sumergen en mundos desolados, se aíslan irremediablemente
del entorno y entonces, simplemente, se pierden en un ensueño
solitario. Así, perdidos, zambullidos en el delirio de su pensamiento,
van a matar; van a matar porque no ven nada diferente que puedan
hacer para desatar el nudo que les oprime.
Por eso el crimen a veces los cura, les quita la sal de las heridas
y los vemos humanizados, regenerados y, de nuevo, puros y castos
como ángeles, renaciendo desde el perdón, la confesión y la culpa.
Pero ésta es la parte rosa de la historia, porque en el fondo
de estos hombres hay algo turbio, un pantano de violencias escondidas,
esperando la pisada imprudente que los hunda en su propia ciénaga,
oculta entre pequeños arbustos y junquillos de remordimientos
y de amor al prójimo. Son como todos, en el fondo son como todos,
pero son también los que dan el paso. ¿Quién no se enfurece? ¿Quién
no sueña con liberar una maldad por largo tiempo acariciada? Pero
estos hombres se dan el lujo. Tienen la misma materia prima mental
que sus vecinos, que la buena gente, que los guardianes del orden,
pero ellos meten la llave en la cerradura prohibida por el primero
de los mandamientos y se separan para siempre de la humanidad.
Son asesinos, son la sal de la tierra y son, al mismo tiempo,
tan vulgarmente humanos, que aterra. Al leer sus historias se
les entiende, se llega a pensar que, en su lugar, no sería tan
difícil comportarse de la misma forma, se llega hasta la justificación
o hasta la comprensión, que es su preludio. Pobres diablos, mendigando
una moneda, una palabra de cariño, un cargo, un reconocimiento.
Seres frágiles y desvalidos, hundidos hasta el fondo de la indefensión,
salen después de ese fondo sintiendo la superioridad suprema de
disponer del prójimo, sintiéndose libres para arrebatar lo único
que vale: la vida.
Los hay de todas las clases: insensibles hasta el límite del autismo,
fríos y desalmados, cegados por los celos, afiebrados por torbellinos
de ideas disparatadas, cerebrales y desquiciados.
Algunos matan por negocio o cálculo, otros, por puro desinterés
y casualidad; a veces, por arrebato, otras, después de un larguísimo
análisis y una preparación meticulosa. Si los une el crimen, todo
lo demás los separa. No tienen casi nada en común, sólo el acto
cometido los emparenta y pone una similitud donde sólo hay diferencias
insalvables. La estirpe de Caín no tiene rasgos de parentesco,
pues se unen en ella desde el esmirriado hasta el corpulento,
desde el salvaje hasta el genio, y el descontrolado con el flemático.
Puede ser cualquiera, basta que llame a esa puerta y pise la arena
movediza que sostiene la bondad de cada hombre.
Pero tampoco alcanza con pensar que son simplemente seres comunes
que dieron un tropiezo en la vida, pues los distinguen sutiles
formas de corrosión internas. Una idea insistente que les absorbe
y les consume, un tormento espiritual que no se consuela con la
vulgaridad de la vida, un desprecio enfermo por las personas,
las causas, las ideas. El crimen es algo que siempre germina lentamente,
que se nutre de una tierra infectada de la que a su vez se nutre
un tronco intoxicado. Ellos tienen el tono verdoso que distingue
al afectado por un mal terminal del hombre sano. A veces la medicina
llega a tiempo, pero otras, la enfermedad sólo puede curarse siguiendo
su ciclo fatal de convulsiones y llagas. Para los amigos que visitaremos
hoy, aquellos jarabes y preparados llegaron tarde. Una verdadera
pena, pues no todos estaban irremediablemente perdidos, una verdadera
pena.
Bienvenidos al mundo de los asesinos de novela.
Novedades
|