Marcelo
Di Marco
Reportaje
"El tipo de criminal que más me
gusta, es el tipo que hace lo que hace
por placer, puede haber un criminal por
venganza, lleva al investigador a ver
como andaba este tipo con la mujer, pero
está el individuo que va limpiando sin
necesidad a sus víctimas, ése es el
criminal que a mí más me llega"
"Si este criminal por placer llega
a la consulta de un psicólogo, él diría:
Qué carajo hago con esto? Si su
realización la concreta, que podemos
decirle? Que se cure? Si no dice estar
enfermo!. El mata como quien prepara el
café, es su logro. Cómo carajo se hace
con un perfil así?, Cuando todo está
tan clarito, no hay que darle muchas
vueltas al asunto. Yo pienso que ese es
el personaje de asesinos que a mí me
interesa"
" De otro tipo son los crímenes
pasionales, aparecen mas bien en la
literatura deductiva, al tipo le meten
los cuernos, lo primero que hace es
acabar con ella, con él, o con los dos,
pero siempre es más sabroso el tipo que
no tiene justificación para matar"
" La literatura policial, volviendo
a lo que decíamos al principio funciona
en ese sentido como una hermosa antena,
como una representación, es como si se
dijera:
-Déje este rumbo y métase un poquito
conmigo, aquí yo le voy a mostrar una
zona muy, pero muy oscura. Ud. esta ahí
adentro, sus propias angustias se van a
ver reflejadas ahí adentro..
- -Sí, pero yo no soy ningún científico
que busque..
-No, no, pero Ud., siempre buscó otra
cosa, quiso cambiar, a Ud.alguna vez le
gustó hacer esto?
-Sí eso es cierto.
-Ve? ve, como yo le estoy representando
su realidad, a pesar que Ud. no me
conoce...."
"Pienso que ahí esta la clave de
todo esto, la literatura policial, el
triller, la literatura gótica, el
terror, el cine, son una expelente
antena para que esta verdad, esta ley
del pecado, sea compartida por todos. Y
uno cuando tiene una obra así entre
manos, se convierte o en Hyde o en
Jekyll o en el punto intermedio que
estamos buscando, me parece que ahí está
el cierre, el poder representativo, se
vuelven a presentar los sueños del
autor, que son los mismos que el
lector"
" El crimen se convierte en terror
cuando la presencia del mal se hace o
implícita o explícita, pero cuando hábilmente
el narrador, (en general son narradores
creyentes, por lo general católicos,
Stephen King anda con una imagen de la
Virgen María como prendedor) hábilmente
consigue representar aquella ley del
pecado, cuando notás que hay un hálito
sobrenatural, está como dice Hitchcok
"el diablo fuera de cuadro'",
pero está.
" Lo que hace que un cuento
policial se transforme en un cuento de
terror, es la aparición de elementos
sobrenaturales o extraños, elementos
sobrenaturales, fantásticos, aquellos
de lo imposible. No se trata de lo
verdadero o falso sino de lo verosímil
o inverosímil, en este caso lo
sobrenatural es lo fantástico, lo
luminoso, entonces la vertiente del
crimen tiene dos subvertientes: Lo
sobrenatural explícito, lo fantástico,
Drácula sería el asesino máximo y
"lo extraño", cuando se dice
de un cuento que es extraño es porque
el lector no sabe si hay algún elemento
satánico o sobrenatural o si esto se
puede explicar por una cuestión de lógica-
psicológica, esa es la gran diferencia
de fondo, el modo en que lo policial,
empieza a transformarse en
terror..."
" Uno de los primeros cuentos
policiales es la de Caín y Abel. A
partir de ese momento se planteaba la
irrupción del mal en el mundo, pienso
que en un crimen, trabajado por un autor
integral, se produce una especie de escándalo,
una interrupción de todo lo que podía
haber hecho esa persona, Spilberg,
citando a la Tora decía: "El que
salva a una persona, está salvando la
humanidad",entonces quien mata una
persona, está matando a la humanidad.
Qué poemas?, Qué hijos?, Que
ilusiones? se está matando cuando una
persona deja de estar, no porque Dios lo
decida, sino porque lo decide otro con métodos
violentos"
" Como lector me apasionan ese tipo
de relatos, el policial, el thrilher,
porque permite ubicarte en un lugar de
escándalo como creador, podés decir
cosas que en otros géneros no. Es tan
terrible el pecado, sobre todo el pecado
de matar, tan horriblemente transgresor,
que provoca en el ánimo del lector, si
uno lo está manejando como corresponde,
un interés inmediato."
"El policial negro norteamericano
nace bajo la sombra de la depresión, la
depresión con mayúscula, esa que hacía
que la gente se tire por la ventana.
Entonces ocurre lo que se ve en las
calles hoy día: sálvese quien pueda y
si te cagué, lo siento mucho, pero
también estoy yo con mi familia y
tenemos que morfar, la gente empieza a
tener una especie de disociación, una
esquizofrenia hecha y derecha, tus
creencias, tus éticas serán decantadas
con tus costumbres, tus móviles. Es la
selva total. A esto contribuye otra
cuestión, la muerte de Dios, cuando
muere el padre, con la filosofía
nacionalista del sigloXIX, sálvese
quien pueda porque ya no somos hermanos,
ya no hay concepto de fraternidad, puedo
perjudicarte sin ningún problema, está
totalmente aceptado, de ahí al
asesinato, hay un paso muy, muy
leve"
"El móvil del policial negro
americano, podría ser perfectamente el
gusto por haberlo hecho, el gusto por
encanallarme, me regodeo en mi propia
mierda, esa es la circunstancia que
domina la literatura negra, por eso se
llama negra, porque lo negro tiene que
ver con lo siniestro"
"Más terrible es que se cometa sin
ninguna razón. Si el tipo lo hace por
el mero gusto de hacerlo, por el sólo
gusto de hacer el mal, esos perfiles son
realmente terribles. Tiene que ver con
la cuestión de que al ser humano, más
que la plata, lo que le interesa es el
poder, el poder manipular la vida de
otro, incluso erguirse en Dios y
quitarle esa vida por voluntad del que
la quita. Esta es la máxima de las eróticas
para el perverso, es el hecho de llegar
a ser el dueño absoluto de tu vida y de
tu muerte, y no hay ningún móvil para
esto, salvo el haberlo hecho, estar
contentándose con eso. Este tipo de
actitudes criminales existieron siempre,
existieron toda la vida, lo que pasa es
que a partir del siglo XIX empiezan a
hacerse muy palpables en la
literatura"
"Poder gozar de la vida del prójimo
a tu antojo, la cuestión demoníaca
viene por una imitación al revés de
Dios. Tenés gente como la gente y tenés
gente como la mierda. Pero cómo sale el
poder? No en un sentido cristiano de
servicio, para el bien común, usar el
poder y la autoridad para bien del prójimo,
o para divertirse. Es poder agarrar a la
persona del cuello y cortarle la
respiración. Es muy fácil matar a una
persona, no sólo echándolo del laburo
como se suele hacer, muy fácil matarla
a nivel físico y acabar con todo lo que
es esa persona. Lógicamente que los
autores de trillers tenemos que
ingeniarnos cada vez más para competir
con la realidad, que es mucho más sutil
e imaginativa que la propia imaginación...."
"Hay elementos en la perversión de
estos hijos de puta,( al margen de que
la sociedad los hizo así, son hijos de
puta), que hace que los estímulos que
reciben por parte de un sistema legal
que les dice: Mire, si usted transgrede,
lo mato, sean interpretados al reves. El
tipo se siente estimulado por la pena de
muerte, está tan loca la sociedad que
actúa con el efecto contrario, no
afecta a nivel preventivo, puede llegar
a estimular al criminal"
Dice San Pablo "Dejo de hacer el
bien que quiero, para hacer el mal que
aborrezco" esa es la ley del
pecado, la ley de la transgresión. Esto
a un psicólogo le podría dar para
trabajar durante años, yo pienso
honestamente que toda la carrera de psicólogo,
está apoyada en esta máxima. Por qué
la gente deja de hacer el bien que
quiere y hace el mal que aborrece? Qué
es lo que lleva a la gente a hacer el
mal? Yo creo más allá del nombre que
se le ponga, en la presencia del mal
como algo personal, como algo eficaz y
como algo antiguo, es una realidad que
la vemos continuamente y el tema es como
uno puede llegar a manejarse dentro de
ese principado que el demonio ejerce
dentro de este mundo. Me parece que nada
mejor para eso que ser hijo, porque la
idea de tener un padre común hace que
yo como tuyo, te quiera, no porque me
gusta como sos, te quiero por lo que
sos, la idea del principado diabólico
es 'te odio por lo que sos, porque sos
una persona, que puede llegar a ocupar
un lugar que yo no puedo ocupar",
"Es una cuestión de poder, una
relación de fuerzas entre lo angélico
y lo demoníaco, el demonio lo dijo bien
clarito "prefiero reinar en el
infierno que servir en el cielo",
esa expresión es la que hace que el
mundo ande como anda"
" Independientemente del color y
del nombre que se le ponga, el mal
existe, la prueba está en las tremendas
aberraciones que alteran el orden
natural. Qué es lo perverso? el
perverso no es que sea malo, decir
"la bruja perversa del
cuento", no, el perverso es el tipo
que no tiene conciencia de culpa, es el
que no tiene ningún tipo de prejuicio a
la hora de ejercer poder y manipulación,
el perverso es el que puede manipular al
otro, o la vida o los interés, tanto
espirituales o afectivos
En mi novela "El fantasma del
Reich", hay un chico que es el único
judío del colegio y está a merced de
un jefe de preceptores que todo el mundo
le dice El Fhurer, un tipo
ultranacionalista, con zeta, no con c,
que lo tiene de humillación en
humillación hasta que se plantea la
idea del asesinato. Es un tipo que lo único
que hace es simplemente ejercer poder,
no hay un móvil claro identificado, el
tipo lo que quiere es agarrarlo por judío
y lo hace limpiar el piso de los baños,
porque en su imaginario, así funciona
la relación de uno con el judío..."
Noé
Jitrik
Reportaje
-¿Por qué estos personajes filosofan
matando?
-Porque si estas lecturas son correctas,
hay siempre un fundamento filosófico en
todas estas actitudes. No son criminales
que han matado porque han sido
sorprendidos robando y simplemente han
tenido la idea de ser perturbados, no es
eso; son actos que realizan y a los que
pretenden darles un gran sentido.
Entonces, son conscientes del sentido
que están buscando darles a esos actos;
por lo tanto razonan, de alguna manera
tratan de justificar, de fundar su
actitud, tanto en la perspectiva
dostoievskiana como en la de Camus.
-Cuando uno lee estos textos, piensa
inmediatamente en la locura. ¿Qué
papel juega este concepto en los
personajes?
-Depende de la noción que se tenga de
locura. Si la locura es la transgresión
a un conjunto de normas aceptadas por
todos, en esas circunstancias el crimen
es, pues, una locura. Pero lo que estos
autores han querido mostrar no es una
relación entre la locura como ruptura
de normas y crimen, sino como
manifestación de análisis filosóficos
sobre el orden social.
La locura no es tal en Dostoievski, hay
una especie de redención. Raskolnikov
no es un loco cualquiera; razona, piensa
y, al final, acepta. Es exactamente lo
que ocurre con la locura en los
manicomios: cuando un anómalo acepta
que está loco, empieza su curación, y
la sociedad ve con benevolencia que
comience esta curación, que a veces es,
simplemente, adaptación. No me extraña
que los jueces razonen de este modo
(considerando perturbados a estos
criminales); si razonaran de otra
manera, tendrían que eximir de culpa a
quienes han asesinado por una u otra razón.
Aquí hay una perspectiva literaria que
es de otra índole, en la que se
pretende que en un acto radical se
concentren numerosas instancias de
pensamiento, crisis de pensamiento.
Estos autores se sitúan en un punto en
el que las concepciones filosóficas
empiezan a variar, en que los objetos de
la reflexión empiezan a ser otros. Así,
por ejemplo, tanto la perspectiva
dostoievskiana como la de Camus tienen
que ver con la ética como filosofía:
¿hasta dónde? ¿Hasta dónde el
individuo puede? ¿Hasta dónde la
sociedad tolera? ¿Hasta dónde la
sociedad entiende? ¿Hasta dónde la
sociedad se modifica? Estos actos
resignifican a una sociedad, los tenemos
ahora en la Argentina; el caso de ese
chico de quince años que mató a la
maestra... Sí, se podrá decir que ese
chico estaba loco, pero la conmoción
que eso produjo en la relación entre
los maestros y los estudiantes, la
situación de los adolescentes, lo que
está encerrado en un alma adolescente,
aquello que se le ha ido infiltrando,
metiendo, todo eso obra como intérprete
de lo que está ocurriendo en la
sociedad. Es un susto muy grande, porque
estos crímenes son como el huevo de la
serpiente. Es siniestro, porque
significa más que por la cosa en sí
misma, pues tranquilamente podría
decirse que ese niño estaba perturbado,
loco, que exageraba sus reacciones, sus
respuestas. Esa idea tan trivial, tan
corriente, de que a uno le pueden hacer
algo pero uno tiene que medir hasta dónde
es grave; puede decirse: "No es
para tanto", cosa que solemos hacer
casi todos los días; un tipo nos empuja
en la calle al pasar y tenemos una
reacción que pretende ser violenta,
pero después decimos: "No es para
tanto, ¿qué me hizo?", y seguimos
adelante y nos olvidamos. Otros no, no
pueden tolerar eso, e inmediatamente
matan; y cuando eso sucede, la sociedad
entera se conmueve, porque ese hecho
reinterpreta algo que sucede en la
sociedad. Entonces, la búsqueda de
estos escritores mediante la apelación
al crimen tiene ese sentido, porque no
es una situación que se resuelva fácilmente
poniéndole la etiqueta "es la
locura que lleva al crimen". Por
supuesto, hay clases de locura que no
llevan al crimen, y hay crímenes que no
responden a la locura; un crimen
espantoso, como es esquilmar a un país,
robarle sus dineros, robarle sus
esperanzas, no parece fruto de la locura
de un individuo, es otra clase de
crimen; de manera que la relación entre
esas dos cosas me parece delicada. Y lo
que la literatura ha intentado es, más
bien, a partir del crimen físico como
desencadenante, generar la posibilidad
de hacer una reinterpretación de lo que
está ocurriendo en el orden social.
Andrés
Rivera
Reportaje
-¿Cual es su libro favorito en el
que haya algún tipo de crimen?
-Un cuento, que me parece
excepcional, donde el crimen está
siempre en el umbral y no se produce. Es
el cuento de Hemingway titulado
"Los Asesinos", un título muy
significativo. No hay ningún asesinato,
y el alter ego de Hemingway, ese
jovencito que se llama Nick Adams, tiene
una persecución con esa pareja que
asaltó el bar, que dominó al dueño,
lo dominó a él, al negro que hacía de
cocinero, lo podían haber matado con
total tranquilidad.
Además, eran mercenarios, venían pagos
por alguien, estaban buscando a alguien,
y ese alguien no estaba en el bar. Hay
una película con Burt Lancaster
actuando de ése a quien estaban
buscando.
-¿Usted ha escrito cuentos en los
que haya crímenes?
-Creo que no. Las historias que se me
ocurrieron para cuentos no desembocaban
en eso que se llama asesinato.
-¿Qué lo orienta en su creación
literaria?
-Yo no tengo temática. Son historias
que me saltan, y ahí aparece eso que
Wiliams Folger llama el impulso que no
se puede frenar, y que hace que uno se
siente a escribir diciendo (a modo de
metáfora) que es capaz de matar a su
madre para seguir escribiendo. Yo he
escrito más libros de los necesarios,
pero algo pasó, y nada milagroso, para
que recién ahora me haya puesto a
escribir una historia que me contaron
hace más de treinta años. Por cierto,
reelaborando todo, usando sólo algunos
datos de la historia que alguien me contó
en la década del sesenta.
-A veces se habla de las obsesiones
del autor, de parámetros repetitivos,
constantes. ¿Detecta en usted este tipo
de insistencia?
-No, si yo tengo que hablar de
aquellos libros que todavía aprecio,
que dicen que escribí yo, si tengo que
hablar de ellos, digo que hablo de los
derrotados, nada más que eso. A lo
mejor, porque estoy con la mayoría, en
este país hay bastantes sinónimos de
derrotados, hace poco salió uno que se
usó bastante: "los
perejiles".
-¿Por qué se hizo escritor?
-Es largo de contar...
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